El gabinete de Sheinbaum muestra cómo será en la Presidencia

CULTURA IMPAR

 

Por José Manuel Rueda Smithers

 

El proceso de elección y conformación de un gabinete presidencial en México implica pasos y consideraciones que dependen -en gran medida- del presidente electo y, en algunos casos, del que aún está en funciones. A todos nos queda claro que el Sr. López es metemano desde Palacio Nacional.

El presidente de México tiene la facultad discrecional para nombrar a los miembros de su gabinete. Esto significa que puede seleccionar a las personas que considere más adecuadas para ocupar los diferentes cargos, sin necesidad de pasar por un proceso electoral o de aprobación legislativa.

Los especialistas NO creen que tome en cuenta consideraciones políticas y técnicas como la lealtad y la confianza. La tradición es que el presidente elige a personas con las que ha trabajado de cerca, asegurándose de que sean leales a su visión y agenda política. ¿Pondrá Claudia las manos al fuego por ellos?

Se buscan individuos con experiencia y conocimientos en las áreas correspondientes. Por ejemplo, el secretario de Hacienda suele ser alguien con amplia experiencia en economía y finanzas. Ahora repite, más por cuidar al que sale que por beneficio nacional.

Un gabinete se equilibra para incluir a diferentes facciones dentro de su partido político, para fomentar (o disfrazar) la unidad.

Después de ser elegido, el presidente electo suele anunciar a los miembros de su gabinete antes de tomar posesión del cargo, aunque puede hacer ajustes durante su mandato. Ahora se adelantó muchísimo para ello. ¿Le funcionará?

Una vez que asume el cargo, los miembros del gabinete toman protesta y asumen sus respectivas responsabilidades.

El gabinete presidencial en México se compone principalmente de Secretarías y algunas otras entidades. Ahora, con Sheinbaum, quedará de la siguiente manera, si no sucede algo imprevisto.

Rogelio Ramírez repite en Hacienda

Marcelo Ebrard va a Economía

Juan Ramón de la Fuente ocupará Relaciones Exteriores (será su segunda participación en un gabinete presidencial, pues alguna vez fue secretario de Salud)

Julio Berdegué será quien dirija la Secretaría de Agricultura

Alicia Bárcena a Medio Ambiente

Ernestina Godoy será la Consejera Jurídica de la Presidencia

Rosaura Ruíz comandará lo que será (si lo aprueba el Congreso de la Unión), la Secretaría de Ciencia.

Raquel Buenrostro será la guardiana de la Función Pública. A cuidar que nada de estos últimos seis años trascienda en corrupción.

David Kershenobich un experto en el área de Salud. A ver si lo dejan tener recursos para medicinas.

Luz Elena González cubrirá la cartera de Energía.

Edna Elena Vega cubrirá el siempre polémico Desarrollo Territorial.

Jesús Antonio Esteva en la cada vez más castigada Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Rosa Icela Rodríguez será la mandamás de la política interna. Bucareli la esperará pare ser secretaria de Gobernación y tomar las decisiones rudas.

Mario Delgado seguramente pasará desapercibido en Educación.

Ariadna Montiel repite en la siempre envidiada Secretaría del Bienestar

Omar García Harfuch, era lógico, en Seguridad.

El proceso de selección de un gabinete presidencial en México se centra en la discrecionalidad del presidente electo, quien debe conformar un equipo de trabajo leal y competente para implementar su visión y agenda de gobierno. Esta flexibilidad permite al jefe del Ejecutivo adaptarse a las cambiantes necesidades del país y asegurar que su administración esté alineada con sus objetivos y prioridades.

En México, a estas alturas, sin lugar a dudas, está en el presidente saliente, de quien se especula no dejará ir fácilmente el poder concentrado que atesoró desde su triunfo hace seis años.

Situación muy vista sexenio tras sexenio, sin importar los colores.

 

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